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y haced del amor norma de vuestra vida, pues también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros como ofrenda y sacrificio de olor agradable a Dios.

Y en cuanto a la lujuria, a cualquier clase de impureza o a la avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros. Así deben comportarse los creyentes. Y lo mismo digo de las obscenidades, conversaciones estúpidas o indecentes, cosas todas que están fuera de lugar; lo vuestro es dar gracias a Dios.

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